Cuando la vida se hace demasiado "operativa" suceden dos cosas: la primera, que dentro de esa operatividad la planta deja de recibir "luz del sol".... la luz que recibe es artificial. Proviene de pequeños bienestares de corto plazo y no de la completitud y la fuerza que nos dá una legítima relación con Dios.
Por otra parte, lo siguiente que ocurre es que la planta pierde sus raices. Las relaciones por conveniencia, aquellas "relaciones seguras" que no involucran realmente a quienes somos ni o que realmente sentimos carecen de profundidad, y en esa falta de profundidad las raices no tienen sustento ni alimento. Relaciones de intercambios, de dar y recibir lo material, de involucrarse en lo estrictamente externo terminan por secar la planta o debilitarla al extremo.
Otro aspecto que usualmente descuidamos en el recipiente y la ubicacion de la plata... si la planta ha logrado crecer lo suficiente es posible que la maceta y la tierra actual ya no le resulten adecuadas. Puede que requiera un cambio de lugar a un sitio en el que pueda recibir más z luego de ser transplantada y recibir más tierra.
Los ajustes cosmeticos que podamos hacer no seran de gran ayuda... pintar la maceta o colocarle piedritas de colores en la tierra no le daran más bienestar. No sirve de mucho "subirnos el ánimo" desde afuera con cambios de apariencia mientras internmente nuestras raices no tienen sustento y nuestra conexion con lo divino es deficiente.
Aún después de todo esto, es posible que la planta sea recuperable! que estemos a tiempo de buscarle nueva tierra - relaciones profundas y de calidad - luz del sol - una relación cercana con la Divinidad - y una nueva maceta - un oficio que realmente nos permita expresarnos en nuestra máxima expresión -.
Que seamos libres de hacer los cambios que sean necesarios y florecr!
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