En la lectura del evangelio que correspondía al dia de ayer se hace referencia a que Jesús vino a traer la justicia al mundo. Mi reacción inmediata fue pensar que ese objetivo aun no se habia cumplido, porque en realidad en la historia reciente la injusticia aparece abundar por todas partes.
La respuesta que recibí es que desde su venida esa justicia se encuentra dentro de cada uno de nosotros, como un potencial, como una ansiedad o una voz mas que nos insiste y nos deja intranquilos cuando las cosas no estan bien o si actuamos de forma incorrecta.
Nos han dejado en nuestra mente el talento, y definitivamente queda de nuestra parte cultivarlo y hacer algo con el, para que logremos "la segunda venida de Jesus" esa que se logra desde dentro de cada uno de nosotros.
El problema que me salta a la vista está en la lectura de hoy. Cuando Jesús visita a Marta y María se queda escuchando sus enseñanzas en lugar de ayudar con los quehaceres. A quien no le ha pasado que al comenzar un intento de oración o meditar le bombardean pensamientos de cosas pendientes, olvidadas e importantísimas? Es asi como la voz de la justicia, ese legado de Cristo tiene que competir con demasiadas cosas, y como dice la lectura "solo una es necesaria".
A cada uno nos dan diariamente el mismo número de horas, pero es claro que"no tenemos tiempo" para muchas cosas, una de ellas podría ser el ejercicio de la justicia?
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