Me vino a la mente una persona terca, que se emeñó en llevar para adelante un papel que está convencido es el suyo y que es abalado por un montón de personas que piensan lo mismo que él. Ellos creen que estan haciendo lo mejor... ellos están convencidos que eso que hacen es lo mejor... o lo único que pudieran estar haciendo... ¿y cuéntas veces al día no siento exactamente lo mismo? porque incluso en los peores momentos de discusiones y peleas, en ese momento estuve concencido que no tenía alternativa.
Abriendo el Curso de Milagros me encuentro con la lección 42: Dios es mi fortaleza y la Visión es su regalo. Habla de que el tiempo y el espacio no es al azar y que estamos en el lugar y el momento perfecto... ¿perfecto para qué? perfecto para hacer la voluntad de Dios : Nuestra perfecta felicidad o para hacer la del ego: encontrar al mundo culpable por todos sus pecados y aplicarle un castigo ejemplar, para reestablecer la justicia. Es asi como todo el tiempo existen dos caminos: el cielo, que representa la redención o el infierno que es el "castigo eterno" y que todos sin excepción transitamos cuando en una pequeña o gran medida nos convencemos que alguien "obro mal" y nos creemos con la misión de aplicarle un castigo... que muchas disfrazamos de justicia.
En la marcha del pasado 23 de enero lo pensé muchas veces al escuchar las consignas en contra del Maduro en comparación con las que apoyaban a Guaidó, que representaba la esperanza. Mientras muchos deseabamos el cambio para bien, otros clamaban por el daño al que veían como su agresor... ¿y cómo no desearlo con todo el mal que ha hecho?.... pues esa misma conducta la repetimos en cada momento y con cada persona "que obra mal"... incluso con nosotros mismos. En esto no hay excepciones... y es asi como pediremos incluso nuestra propia condena y nos negaremos el disfrute de muchas de las bendiciones en nuestro camino por considerar que no las merecemos. Le quitaremos la escalera al cielo a más de uno porque habremos decidido que no se la merece... sin darnos cuenta que es la misma escalera por la que nosotros íbamos a subir.
La culpa es la moneda de intercambio del infierno. Es la que puede mantenernos en la condena o liberarnos de ella. ¿ Y si nos vemos unas cuantas monedas de estas en la mano, en este momento, que es lo más sensato que hagamos? ¿No es acaso lógico que abandonemos nuestra colección y cambiemos el rumbo?
Mi versión de Nicolás Maduro, esa que ví dentro de mi, con su terquedad y su convicción, está caminando en sombras. esta caminando de memoria por un camino que trazó en su cabeza que no está alineado con la verdad, porque no ha conducido a la máxima felicidad, porque sigue temblequeando en conflictos e ilusiones y es asi como veo mis propios pasos... cada vez que caminando en sentido opuesto a la verdad me encuentro con que no soy feliz en ese instante.
La buena noticia es siempre la misma. soy responsable de todo lo que veo y de como lo veo. (UCDM C21SII) asi que incluso ahora recuerdo que Dios es mi fortaleza y la vision es su regalo, asi que puedo extender la mano y agarrar la suya. Puedo con su regalo encender la luz y retomar aquí y ahora el mejor camino, ese que va hacia él y deja las ilusiones atrás, pero para hacerlo tengo que desearle lo mismo a mi hermano que me mostro todo esto hoy, a Nicolás Maduro Moros. Porque él, y cada uno de nosotros esta hasta cierto punto en la misma situación, inmerso en tinieblas y caminando solo, ignorando que Dios ya tiene la respuesta, que insistimos en buuscar solos y a oscuras, pero tiene en este instante, la oportunidad de decidir diferente y hacer las cosas que lo conduciran hacia la redención. Creer esto "para él" es creerlo para mi mismo, porque en realidad ninguno de nosotros esta separado.
Bendecir es el camino para que todos estemos bien y podamos abandonar la condena en todas sus formas.
Dios es mi fortaleza y la Visión es su regalo... y quiero ver la verdad.
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