Sep 22, 2015

De la Sanación del Ciego Bartimeo (Mar 10:46-52)

Ayer en el grupo de Oración de la Parroquia de Chuao reflexionamos acerca de este pasaje de la Biblia.  Jesús va con una multitud y es llamado a gritos por un ciego que a pesar de las reprimendas le grita cada vez más fuerte.  Jesús lo manda a llamar y le preguta ¿Qué quieres que haga por ti? a lo que el ciego responde "Maestro, que pueda ver" para finalmente quedar sanado.

Esta historia, que es increíblemente sencilla nos dió pie para conversar hasta pasadas las 10 de la noche y a medida que compartíamos puntos de vista salían más y más cosas, algunas que nos inspiraban, otras que nos sorprendían.

La primera de las reflexiones: ¿cuál era la situación de Bartimeo? pues lo describen como un ciego a la orilla del camino.  No es particularmente virtuoso.  No lo describen como particularmente bueno.  La conclusión del grupo más bien es la de la imagen de un relegado por la sociedad.  Alguien que por su condición ha quedado a la orilla y no participa de la vida al igual que todos los démas que más bien lo reprenden por molestar al Maestro con sus gritos.  Al fin y al cabo ¿quién se creerá para pensar que Jesús lo va a atender solo a él en medio de tanta gente?.  En la figura de Bartimeo me vi reflejado, preguntándome si el sería un ciego igual que yo - porque en mi corazón es mucho lo que no veo - pero Bartimeo tiene una diferencia muy importante: que reconoce a Jesús y le grita por ayuda.

Es así la actuación del Ciego.  Tan pronto se entera que Jesús esta pasando comienza a gritarle, haciendo patente su fe en que el Maestro podría sanarle.  Ante los regaños grita más fuerte, hasta que Jesús le pide que se acerque, a lo que responde dejandolo todo y dando un salto - un salto de fe hacia lo desconocido, pues al fin de cuentas no podía ver nada.  ¿Cómo se enteró que Jesús estaba allí? pues yo creo que debió haberlo sentido, pues la presencia de Dios tan cerca debería ser algo espectcular... otros opinaban que ante el tumulto abría preguntado e inclusive que con sus oídos agudizados por su condicion podría haber escuchado a personas hablar de Jesus.  ¿Y nosotros como nos enteramos de la cercanía del Señor? ¿Cuándo le sabemos cerca como reaccionamos? ¿Gritamos con la certeza de que el podrá sanarnos?

En la siguiente escena vemos a un Jesús "distinto" para muchos de nosotros.  No era el Jesús crítico, ni estuvo en pie de reclamarle algo a Bartimeo, simplemente le preguntó ¿Qué quieres que haga por ti? dejando patente su condición de Servidor, porque en los distintos pasajes de la Biblia Jesús se presta a ayudar - incluso después de alguna comentario negativo inicial, como en las Bodas de Canaan o con la Samaritana.  Ese mismo señor, que encontramos hoy entronado en un altar vino originalmente para servirnos y apuesto a que después de su resurrección esta en la misma situación.  ¿Cómo es que no gritamos por su ayuda?.  Quizás es posible que no sepamos realmente que pedirle.  Bartimeo respondió fuerte y claro "Maestro, que vea" pero yo al plantearme la situación creo que no sabría que pedir o al menos algo tan concreto como lo hizo el Ciego.

Anoche nos preguntabamos: ¿Porqué Bartimeo? en medio de la muchedumbre porque no los sano a todos? ¿Por qué lo escogió a él? es cierto que muchos son los convocados y pocos los elegidos.  Además de eso en las escrituras siempre ha sido la fe la clave de los milagros - Pues en los casos que llegaron a no creer en Jesús el nuevo testamento relata que no podía hacer milagros-  y para nosotros debe aplicar lo mismo: a ejemplo de Bartimeo debemos primero estar convencidos que Jesús puede salvarnos y estándolo gritar por su ayuda cuando lo sintamos cerca y saltar a su encuentro.

¿Cuándo esta cerca? quizás a través de nuestros hermanos o en la eucaristia, en la oración o dentro de nuestro mismo corazón...