Para cualquiera el olvido es el reto más grande que se puede afrontar. El olvido fue diseñado desde un principio para aislar a cualquiera que ingrese en el y desarticular sistemáticamente todas sus capacidades hasta volverte indefenso.
Desde la indefensión, ya habiendo perdido todo lo que pudieras llevar contigo, se supone que comiences a recibir aquello que el olvido decida darte. Con sus propias reglas y dentro de su propio funcionamiento cada uno adquiere un rol y tiene un cierto - y muy calculado - margen de maniobra, con el que normalmente no se puede regresar aquí. Es por eso que hemos perdido a tantos ya, que encerrados en el olvido, no encuentran como despertar.
En el tiempo hemos probado distintas estrategías. Logramos, por ejemplo, que uno de nuestros mayores ingresara y despertara dentro del sueño. Estando despierto comenzó a sembrar el mensaje que podría liberar a nuestros hermanos, pero rápidamente el olvido se encargo de acabar con él y tuvimos que desconectarlo. Afortunadamente de este intento quedo sembrado el Espiritu que desde entonces hace de vinculo para que nuestros hermanos se puedan comunicar hasta aquí.
