De frente encarando mi voluntad

Hoy aprendí que no estoy buscando, al menos en este momento, actuar de una manera distinta, sino justificar la manera en la que estoy actuando!

Si producto de un momento de lucides llegara a la conclusión de que lo que estoy haciendo no es lo mejor, seguiría haciéndolo víctima de una especie de inercia.

Luego observé como en todo momento sucede lo mismo. Con criterios prefijados me lanzo ante el mundo y me estrello con la realidad. Espero que por la razón que sea las cosas tienen que ocurrir según mis expectativas y me sorprendo encontrando algo diferente!

Tengo una voluntad... mi voluntad... y quiero que todo ocurra de acuerdo a ella!

Se supone que me debo entregar a la voluntad de Dios? estoy seguro que por lo menos debería de ser flexible y realista con la mia, limitandola a cosas prácticas y que realmente me beneficien. No como un niño empeñado en comer chucherías, sino que mi voluntad este alineada con cosas de provecho...

Ahora bien, una cosa es tener una voluntad y otra cosa es respetarla y actuar concientemente con ella, sabiendola desechar cuando ya no sea de mayor utilidad...

¿Puedo encontrar la manera de hacerlo?

Jugando con la arena

Estaba en la playa con un juego que para mi ya resulta repetitivo (y de hecho me hice conciente de como para mi es un ritual): hacer una “piscina” en la arena.  

Mientras escarbaba, iba pensando como ciertamente el mar irremediablemente iba a acabar por tumbar la piscina y devolver la costa a la normalidad.   Entonces pensé que quizás es lo mismo que pasa cada vez que trato de hacer un “hueco” escudriñando en mi ser y pretendiendo “llenarme” de luz o paz.  ¿Existe un mecanismo para el “mar” de cerrar esos huecos y devolver el “orden” a la playa?

Un niño me mostró como para hacer un hueco es suficiente cavar hasta llegar al agua y luego dejar que el agua encontrada socave las paredes al rededor.  “deja el hueco quieto que el solito se rompe” me insistía.  

Ciertamente hoy siento que no tengo profundidad en nada.  No he cavado suficiente en un solo sentido para obtener el agua y dejar que socave al rededor y abra. ¿Dónde prefiero o dónde seré mejor cavando hasta el agua?

Esa agua interior es en realidad la misma agua del mar, pero al cavar me asegura que el agua que eche encima no será absorbida por la arena de la superficie, sino que formara un pozo.  ¿Pero por que insistir en hacer un pozo en lugar de disfrutar del mar? Si no hago un pozo con la arena... quizás no la disfrutaría tanto...

El Ego como maestro

Somos algo distinto a lo que experimentamos.  Más allá de nuestra personalidad estamos como observadores de todo lo que nos sucede, teniendo una influencia sobre el devenir de las cosas a través de la voluntad resultante de nuestras creencias y criterios de vida.  

Pero esta personalidad, es algo que en realidad debemos evitar? Controlar? Es posible que sea, como resultado de todas nuestras causas justamente lo que necesitamos para volver a nuestro estado original?

De ser asi, sería completamente absurdo resistirse a las consecuencias de lo que estamos viviendo, pues ellas serían el camino para reestablecernos por completo.  No obstante deberíamos estar celosos con lo que causemos, pues esto sería la siembra de lo que vendríamos a obtener más adelante.

¿Qué puedo hacer yo con esto? ¿Cómo eliminar la resistencia?

Insistiendo en la práctica del si... diciendo que si y haciendo todo lo que me pidan con la mayor docilidad... cuidando cuando sea el momento de yo decidir que hacer.

Participando sin dominar.