Estaba en la playa con un juego que para mi ya resulta repetitivo (y de hecho me hice conciente de como para mi es un ritual): hacer una “piscina” en la arena.
Mientras escarbaba, iba pensando como ciertamente el mar irremediablemente iba a acabar por tumbar la piscina y devolver la costa a la normalidad. Entonces pensé que quizás es lo mismo que pasa cada vez que trato de hacer un “hueco” escudriñando en mi ser y pretendiendo “llenarme” de luz o paz. ¿Existe un mecanismo para el “mar” de cerrar esos huecos y devolver el “orden” a la playa?
Un niño me mostró como para hacer un hueco es suficiente cavar hasta llegar al agua y luego dejar que el agua encontrada socave las paredes al rededor. “deja el hueco quieto que el solito se rompe” me insistía.
Ciertamente hoy siento que no tengo profundidad en nada. No he cavado suficiente en un solo sentido para obtener el agua y dejar que socave al rededor y abra. ¿Dónde prefiero o dónde seré mejor cavando hasta el agua?
Esa agua interior es en realidad la misma agua del mar, pero al cavar me asegura que el agua que eche encima no será absorbida por la arena de la superficie, sino que formara un pozo. ¿Pero por que insistir en hacer un pozo en lugar de disfrutar del mar? Si no hago un pozo con la arena... quizás no la disfrutaría tanto...
No comments:
Post a Comment