La necesidad de Atención

Muchas son las necesidades que creemos tener cada uno de nosotros.  Con relativa facilidad cada uno podría en un momento determinado llenar una hoja tamaño carta enumerando todas las cosas que necesita.  Habrán algunas que requiera con urgencia y otras marcadas como “no tan importantes” pero si somos sinceros seguramente aparecerán muchas de ellas.

De estas necesidades habrán muchas que son creadas por nuestra sociedad de consumo.  Otras existirán como sustituto de nuestra incapacidad de saber que es lo que necesitamos realmente.  Si trabajamos “identificando y clasificando nuestras necesidades” es posible que reconozcamos alguna otra necesidad oculta, mucho más sencilla, que en realidad carecemos.

La atención es una de estas necesidades primitivas que llevamos en nuestro interior.  Se dice que un recién nacido requiere del contacto de otros, de lo contrario podría morir en tan solo siete días.  Así pues todos nosotros requerimos ser atendidos por alguien más y esta es una verdad de la que no podemos escapar.

¿Cómo esta la atención en nuestras vidas? ¿a quiénes atendemos y quienes nos atienden a nosotros? ¿de quién quisiéramos más atención? ¿a quienes no queremos dar nuestra atención?

Al responder algunas de estas preguntas hoy entro en conciencia que tengo muchas cosas que resolver.  Algunas de ellas dolorosas no solo para mi sino para quienes tengo cerca.

Es por esto que decidí escribir esta afirmación:


Que mi atención fluya como manantial
Y en la medida de las posibilidades
Para el beneficio de todos
Como parte del juego de dar y recibir
Descubriendo el don de la atención amorosa
Hacia todos.

Amen.

Inedito

Me entiendo libre de ataduras
Me encuentro viviendo libre de expectativas
Descubro el camino de entre las ruinas
Y silencioso vuelvo a iniciar mi recorrido
Escucho a mi alrededor algarabía
Encuentro el amor para atender con paciencia
Pero entiendo que sigo el camino
Puedo fluir con el camino
Aceptando lo que recibo
Olvidando lo que voy entregando
Y viajando liviano
Solo con lo que necesito
Sintiéndome responsable
Del bienestar a mi alrededor.

Abrirse a las necesidades reales del Corazón

Cuantas veces no pedimos que sucedan las cosas... pedimos muchas cosas y esperamos muchas otras sin pedirlas, y al final las cosas que obtenemos no siempre parecen satisfacer esa "necesidad interna".

Hoy pensé en abrir mi corazón y pedirle a Dios que me ayudara a obtener las cosas que realmente mi corazón estaba pidiendo y de inmediato vi una imagen clara de las veces en que he sentido que en medio de una conversación comenzaba a hablar de lo que la otra persona realmente necesitaba. En ese momento comenzaba a ver como surgía una incomodidad absoluta, escepticismo, molestia, rechazo a lo que estabamos hablando.

Una conclusón rápida es que cada uno de nosotros esta envuelto en al menos dos engaños: el primero es que necesita algo que en realidad no le hace falta. El segundo es que no necesita lo que en realidad requiere o peor aun, que es imposible tenerlo.

El paso obvio para "entender" el primer engaño es analizar el espacio mental... lo que sucede a mi alrededor cada día y concluir que es lo que estoy buscando... que es lo que creo que necesito. Al nombrar cada cosa, casi de inmediato, una voz interior comenzará a mostrarnos si esta es una necesidad real o enmascara otra y sucederá que al llegar a la necesidad primordial encontraremos algo simple y que posiblemente no aceptemos en primera instancia...

Y así nos enfrentaremos al segundo paso...

Dios nos bendice cada día.

Juan.