Muchos dirán que la mente lo es todo... que no existe nada más allá en realidad. Todo lo que conocemos hasta ahora, ha pasado por su filtro y cada una de nuestras sensaciones pasa por el filtro de su interpretación.
Muchos podemos vivir sin usarla conscientemente. Vamos como arrastrados por una cadena de pensamientos y emociones que en la mayoría de los casos ni siquiera consideramos nuestros. Dependiendo de la labor que hayamos escogido quizás tendremos momentos que hagan uso de la memoria o de cierto "raciocinio"... pero siempre escueto y limitado.
Luego comienzas a escuchar de su poder... te bombardean las películas en las que a través de la mente puedes hacer cosas excepcionales como mover cosas sin tocarlas o conocer cosas que en teoría no habías visto nunca: Pure Energy, Fenomeno, Lucy, Limitless, son algunos de los ejemplos que vienen a la cabeza. Cada uno tiene una interpretación de lo que ocurre al usar la mente de una manera distinta y como con este uso viene un mayor entendimiento de todo cuanto nos rodea.
Son muchas disciplinas que trabajan con el conocimiento de la mente. Tratan de lograr que el individuo comience a "observar" su funcionamiento y así "desde dentro" gane control de sus funciones. No obstante parece una tarea dificil e interminable... porque si bien lo externo y corporal tiene una "forma" la mente goza de una increible plasticidad... cambia de forma, de alcance, de propósito...
La imaginación, las fantasías, las interpretaciones, los recuerdos... todo esta allí y se atraviesa ante la mirada impávida del nuevo "testigo" que observa todo esto desde una total confusión.
Llegando hasta aquí recuerdo algo que insistían mucho en Brhama Kumaris: Nadie se mete solo al fondo del mar... y así es como pretender caminar los caminos de la mente en soledad puede convertirse en algo inútil.
Definitivamente es algo para lo que necesitamos ayuda... para lo que debemos querer estar bien acompañados.
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