En Un Curso de Milagros estuve revisando hoy ete fragmento:
6. El Espíritu Santo sólo te pide esto: que lleves ante Él todos los secretos que le hayas ocultado. 2Ábrele todas las puertas y pídele que entre en la oscuridad y la desvanezca con Su luz. 3Si lo invitas, Él entrará gustosamente. 4Y llevará la luz a la oscuridad si le franqueas la entrada a ella. 5Pero Él no puede ver lo que mantienes oculto. 6Él ve por ti, pero a menos que tú mires con Él, Él no puede ver. 7La visión de Cristo no es sólo para Él, sino para ti y para Él. 8Llévale, por lo tanto, todos tus pensamientos tenebrosos y secretos, y contémplalos con Él. 9Él abriga la luz y tú la oscuridad. 10Ambas cosas no pueden coexistir cuando las contempláis juntos. 11Su juicio prevalecerá, y Él te lo ofrecerá cuando unas tu percepción a la Suya.
En muchos lugares distintos el Curso insiste que no le ocultemos nada al Espiritu Santo. Nuestra creencia de que estamos "separados de Dios" hace que al menos en nuestra mente creamos que podemos "tener secretos" y esos pensamientos ocultos permanecerán incrustados en un rincón hasta que nos animemos a llevarlos a "la luz" que el Espíritu de Dios significa.
Ahora mucho vamos iniciándonos en este proceso "dándole" las cosas a Dios casi sin masticar. Le lanzamos lo que "creemos" que nos causa dolor, lo que no nos gusta, pero asumimos que eso ya es suficiente, cuando en este fragmento nos están invitando a "ver con Él".... y es que tenemos que "mirar juntos"... Esto es más como "invitarlo a nuestro examen de consciencia" aceptando su guía para ver juntos y así darle una dimensión nueva eso que queremos que se vaya... Recuerda mucho el concepto de oración del Padre Ignacio Larrañaga, porque no solo es "pedirle" y cerrar la comunicación, sino quedarnos allí para "vivir" su respuesta.
Ayer en el grupo de estudio de las lecciones del curso vimos el concepto de "Paz de Dios" en el manual del Maestro y hablaba de que podemos reconocerla porque es algo que se siente completamente nuevo. Pues si estamos con el Espiritu Santo y le dejamos mirar con nosotros su respuesta se sentirá como algo "diferente". La razón constantemente hace inferencias y tiene respuestas para todo, pero basadas en lo que "cree saber", asi que invitar al Espiritu Santo debe venir aderezado con su Paz, y esa misma Paz nos indicará que logramos transitar por el camino correcto.
Tenemos entonces la esperanza de transitar todas las veces por el camino que conlleva esa Luz y esa Paz.
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