El marco del cuadro viene siendo el cuerpo, porque su labor es circunscribir el cuadro para darle soporte a eso que lleva, pero el valor de un cuadro no es el marco, sino más bien el lienzo, lo que la obra nos transmita, el valor que seamos capaces de asignarle.
Cuando tienes un Bonsai, el soporte lo da la bandeja. Esa especie de maceta que lleva la tierra y da soporte al árbol. Los que saben de eso te advierten que la bandeja no debe eclipsar al árbol. No sea que la gente le preste toda la atención y se olvide que el árbol fue lo que vino a ver.
También recuerdo una canción de aterciopelados: El estuche. En esa canción nos hablan de que el cuerpo es solo un estuche. "Si abres el estuche lo que debes encontrar es una joya que te deslumbrará"
Hasta ahora todo parece dar circulos. Son ideas que circundan ese "algo" desconocido... esa obra que llevamos pintada en el alma y que a ratos parecemos no muy interesados en admirar. Por supuesto que es complicado... porque cualquiera de nosotros puede sacar su cámara y sacar una foto del cielo... especialmente al amacener o atardecer cuando los colores son hermosos... pero quien puede sacarle una foto a lo que nos hace existir? Será que es más bonito que el cielo al atardecer o una montaña verdecita?
Por mucho tiempo podría definirme como un "buscador", curucuteando aquí y allá algo que me haga sentir lleno... algo que pueda decir "esto era". En Un Curso de Milagros existe esa figura, la de "Busca pero no encuentres". Pero algunas veces uno se topa con algo que brilla aunque sea por un instante... ¿cierto?.
Y es que lo que mas brilla lo llevamos dentro... y ya como que va siendo tiempo de convencerse para volver la atención hacia adentro y dejarlo salir. Dejar de ver el marco y concentrarnos en lo que esta llamándonos con insistencia.
Sabiendo lo que queremos, el como se hara manifiesto...
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